Enfermedad de parkinson

James Parkinson describió la enfermedad de parkinson en 1817 llamándola “parálisis agitante”, debido a que esta enfermedad cursa con rigidez (parálisis) y temblor (agitación). El parkinson es una enfermedad degenerativa causada por la muerte de las neuronas productoras de dopamina que se encuentran en la sustancia negra del cerebro. La dopamina es un neurotransmisor que interviene en el control de los movimientos. Cuando hay un déficit de dopamina, aparecen los síntomas del parkinson como temblor, movimientos lentos, inestabilidad y rigidez. Aunque inicialmente pueden manifestarse unos síntomas premotores como alteración del sueño, depresión, estreñimiento y alteraciones olfativas. El parkinson es una enfermedad crónica que afecta tanto a hombres como a mujeres de todas las razas. En España se calcula que puede haber cerca de 150.000 personas afectadas por esta enfermedad, detectando 20 nuevos casos al año por cada 100.000 habitantes. Aproximadamente el 70 por ciento de las personas diagnosticadas de parkinson superan los 65 años de edad. SÍNTOMAS Los síntomas más significativos son los siguientes:
- Temblores: Los temblores característicos del parkinson aparecen en reposo y disminuyen con el movimiento. Son lentos y rítmicos.
- Rigidez muscular: con la consecuente resistencia a mover las extremidades.
- Lentitud de movimientos voluntarios y automáticos, expresándose con la torpeza manipulativa, la escritura lenta y pequeña, y falta de expresión facial.
- Posturas inestables: como flexión de las rodillas e inclinación del tronco y la cabeza hacia delante.
- Dificultad al andar: con una marcha lenta, arrastrando los pies, o bloqueo de los pies.
- Trastorno del equilibrio: viéndose alterados los reflejos.
- Trastornos del sueño: insomnio, pesadillas vívidas y somnolencia diurna.
Además, pueden aparecer otros tipos de alteraciones: Dolores de tipo muscular o articular, fatiga, agotamiento, cansancio crónico, estreñimiento, incontinencia, impotencia, apatía, ansiedad, depresión, sudoración excesiva, trastornos respiratorios y de la deglución, sequedad de ojos, picor, falta de enfoque visual, hipotensión, dermatitis seborreica y exceso de salivación. DIAGNÓSTICO Es difícil su diagnóstico porque al inicio de la enfermedad no se presentan síntomas específicos. En general, se realiza el diagnóstico del parkinson por los signos clínicos externos del paciente y se confirma cuando el paciente responde al tratamiento farmacológico con levodopa. EVOLUCIÓN DEL PARKINSON Esta enfermedad evoluciona de forma distinta de un paciente a otro. Por lo general, la calidad de vida de estos pacientes suele ser buena gracias a la medicación y a la rehabilitación. Existen cinco niveles de progresión de la enfermedad:
- Nivel 1: Síntomas que afectan sólo a una mitad del cuerpo.
- Nivel 2: Síntomas bilaterales pero sin alterar el equilibrio.
- Nivel 3: Inestabilidad, temblores y cierta rigidez en las extremidades, pero el paciente conserva su autonomía.
- Nivel 4: Paciente muy dependiente pero puede andar o estar de pie sin ayuda.
- Nivel 5: Incapacitad grave pues ya necesita ayuda para todo.
El deterioro es gradual y sólo el 15% de los afectados llegan a sufrir el nivel 5. TRATAMIENTO El parkinson es una enfermedad crónica e incurable. El objetivo es mantener una buena calidad de vida para los pacientes y evitar un progreso rápido de la enfermedad. Para ello se disponen de distintos tratamientos farmacológicos, quirúrgicos y terapias de rehabilitación.
- Medicación antiparkinsoniana con fármacos que aportan el neurotransmisor (dopamina) deficitario en el cerebro.
- Medicación sintomática utilizando fármacos que palían los síntomas secundarios derivados de la enfermedad.
- Intervenciones quirúrgicas, pero sólo en determinados pacientes.
- Rehabilitación con terapias como por ejemplo la fisioterapia, masajes, rehabilitación de la marcha, terapia ocupacional, logopedia, entre otros que ayudan a mantener el autocontrol, autonomía y una vida activa.
Comentarios
Sin comentarios en este momento!
Deje su comentario